El exceso de volumen del pecho, para muchas mujeres, puede ser un problema no solamente estético, sino de salud física y psicológica. En muchos casos, las mujeres con grandes senos padecen dolor crónico de espalda, baja autoestima o dificultad para encontrar ropa adecuada. Para solventar todos estos problemas, la mamoplastia de reducción es una de las mejores soluciones médicas.
Esta cirugía permite reducir el tamaño del pecho elevando y armonizando su forma. Se trata, en la medida de lo posible, de ayudar a que los senos acaben teniendo una forma y un tamaño más adecuados. Lo más recomendable es esperar a que el pecho haya acabado de desarrollarse antes de que la paciente se someta a una operación de reducción.
También conocida como cirugía de reducción mamaria, esta intervención está programada para eliminar el exceso de grasa, tejido y piel de los senos. A su vez, el tamaño de la aureola también puede reducirse, si es excesivamente grande.
Su objetivo es aliviar malestares físicos y psicológicos, reducir la carga física y lograr un tamaño de los senos proporcional al cuerpo de la paciente. Todo ello, naturalmente, repercute en el estado emocional de la mujer. Otra de las muchas ventajas de esta intervención es que ayuda a mitigar las dificultades de circulación linfática.
Generalmente, se trata de una intervención sencilla, que dura entre 120 y 180 minutos, y se realiza con anestesia general. Por lo tanto, requiere hospitalización, pero en unos dos días, si no existen complicaciones, la paciente puede recibir el alta. Tras esta operación, el bienestar y la calidad de vida de la mujer mejoran, en la mayoría de casos.
¿A qué mujeres está dirigida la mamoplastia de reducción?
- A mujeres con dolor crónico de espalda, hombros o cuello, provocado por el tamaño de los senos
- A mujeres con poca autoestima por su complejo de pecho
- A mujeres que no osan realizar actividad física
- A mujeres que no encuentran sujetadores ni ropa de vestir adecuada o a su gusto
- A mujeres con erupciones cutáneas bajo los senos…
Una recuperación rápida para unos resultados inmediatos
Se estima que, tras una mamoplastia de reducción, es habitual necesitar entre una semana o dos para recuperarse.
A pesar de que los resultados se observan de inmediato, los doctores advierten que, tras la intervención, puede aparecer una discreta inflamación en la zona tratada, que desaparece de forma natural. Una vez esta inflamación disminuye y cicatriza la herida (es normal que pueda tardar meses en hacerlo completamente), los resultados son más visibles. No hay que olvidar que las cicatrices mejorarán con el paso del tiempo.
Por norma general, el resultado final no variará con el paso de los años. Aunque se debe ser consciente de que el envejecimiento y el aumento o la pérdida de peso pueden modificar los senos.
¿Cómo será el posoperatorio?
Durante las primeras semanas de recuperación, se recomienda dormir boca arriba. Más tarde ya se podrá descansar de lado.
Asimismo, tras una reducción mamaria, es importante acunar ciertos hábitos de cura que ayudarán a que la intervención sea exitosa. Primeramente, evitar tocar las heridas con los dedos y exponerlas al aire. Además, es aconsejable no tomar el sol ni exponerse al calor durante unas seis semanas. Y, hasta que el cirujano no lo permita, no se deben manipular los apósitos ni retirar el sujetador.
Finalmente, nunca está de más conocer los síntomas de una posible infección, como la fiebre, la supuración o las mamas calientes al tacto. Reaccionar de inmediato llamando al médico es vital para evitar que ésta vaya a más.
¿Cuándo es mejor posponer la operación?
Pese a que la cirugía de reducción de mamas puede reducir el dolor de espalda y de hombros o mejorar la imagen propia de una mujer, hay algunas circunstancias en las que se recomienda esperar.
Si en un futuro no muy lejano tienes planes inaplazables como los siguientes, lo mejor es que la mamoplastia se posponga:
– Pérdida de peso. Los cambios radicales de peso influyen en el éxito o no de este tipo de operaciones. Además, al perder peso de forma natural es habitual notar ya cambios en la forma o el tamaño de los senos.
– Maternidad. Para asegurarse que el embarazo o una futura lactancia materna no sean un problema, es recomendable esperar.
En cualquier caso, recuerda que los médicos especialistas están aquí para ayudarte. Ellos te recomendarán si la mamoplastia de reducción es tu mejor opción, así como todos los pasos que deberás seguir durante el proceso.
Dr. Isidre Martí
Director Médico de la Clínica Estética Atlàntida