Una mamoplastia de reducción –popularmente conocida, también, como una reducción de pecho– es una intervención quirúrgica muy habitual en los centros estéticos que permite reducir el tamaño del busto, elevando y armonizando, además, su forma.
La hipertrofia mamaria es una problemática caracterizada por un aumento del volumen de los senos por encima de sus proporciones normales. Este tamaño desproporcionado causa problemas de salud y estéticos, altera los comportamientos sociales de la mujer y puede llegar a ocasionar importantes complejos. Eso sí, se puede solventar –en la mayoría de casos– pasando por quirófano.
La cirugía plástica de reducción de mamas, que también se conoce como mamoplastia de reducción, es un procedimiento que se usa para eliminar el exceso de piel, grasa y tejido glandular del pecho. Es una intervención que alivia la incomodidad de tener unas mamas muy grandes y proporciona también un tamaño final más proporcionado al cuerpo de la paciente.
Este tipo de cirugía se puede realizar normalmente a cualquier edad, incluso en la adolescencia, aunque siempre se aconseja que las mamas estén totalmente desarrolladas para evitar una segunda intervención en el futuro.
Previo a la cirugía, se realiza un estudio mamográfico de la paciente que se complementará con una exploración de los pechos para evaluar la forma, el tamaño y la firmeza de la piel. Antes de realizarse la mamoplastia de reducción, además, el cirujano explicará a la mujer las distintas técnicas quirúrgicas que existen, cuál es la mejor en su caso, el tipo de anestesia que se usará y cómo serán –en cuanto a tamaño y forma– los senos después de la operación y el posoperatorio.
¿En qué consiste esta cirugía estética?
Una operación estética de reducción de pecho consiste en disminuir el volumen de tejido mamario, en un proceso similar al que se lleva a cabo en una mastectomía. En la reducción de pecho se eleva, por su parte, la areola y el pezón y se reduce el tamaño de la mama, conservando un volumen central. El tamaño de la aureola, en ocasiones, también se reduce, si es excesivamente grande.
El tiempo estimado de esta intervención estética es de entre 120 y 180 minutos, y dependerá siempre del volumen y los atributos de la mama. Este tipo de cirugía plástica se realiza bajo anestesia general y requiere hospitalización de la paciente, como mínimo, de una o dos noches.
Una de las grandes ventajas de este tipo de intervención es que la cicatriz resultante de la cirugía es una línea muy fina que es imperceptible en ropa interior o bañador. Sin embargo, el cuidado y el posoperatorio son vitales para este éxito.
¿Cuáles son los objetivos de una mamoplastia de reducción?
- Reducir el tamaño de las mamas para conseguir que queden proporcionadas con el resto del cuerpo.
- Conseguir una forma más armonizada y agradable del pecho.
- Mejorar el volumen y la turgencia del pecho.
¿Cuándo se recomienda realizar una operación de reducción de pechos?
Una mujer puede querer disminuir el tamaño de sus mamas por diversos motivos. En algunos casos, responde a cuestiones puramente estéticas. En otros, esta operación se lleva a cabo por cuestiones más relativas a la salud.
Entre los principales motivos destacan:
- Dolor crónico de espalda, cuello y hombros
- Dolor en los nervios
- Limitación de las actividades (sobre todo físicas y sociales)
- Erupción cutánea e irritación persistente debajo de las mamas, debido a la humedad y la fricción
- Problemas respiratorios
- Estrías en los senos
- Autoestima baja
- Dificultad para encontrar ropa adecuada
- Traumas derivados de su sexualidad
En cambio, hay casos en los que claramente se desaconseja. Así, este tipo de intervención no está recomendado a mujeres fumadoras, con enfermedades cardíacas, obesas o que se estén planteando, en un futuro, ser madres o perder mucho peso. En estos dos últimos casos, es mejor posponer la cirugía.
¿Cómo es el posoperatorio?
Al igual que con cualquier otro tipo de cirugía, la intervención quirúrgica de reducción mamaria tiene un período de recuperación significativo. Aun así, cada persona puede recuperarse de la cirugía de forma diferente y, del mismo modo, cicatrizar de diferentes maneras.
Inmediatamente después de la cirugía, las mamas se protegerán con un apósito de gasa o un vendaje y se colocará una sonda debajo de cada brazo para drenar el exceso de sangre o fluido. El cirujano recetará medicación como antibióticos, analgésicos y/o antiinflamatorios para aliviar el malestar y evitar complicaciones.
Durante los primeros días y semanas, es probable que la mujer note sus mamas sensibles, que estas puedan inflamarse y presentar hematomas. Con el paso del tiempo, las cicatrices irán desapareciendo de forma natural y, tras un año de la operación, será casi invisibles.
El resultado final de este tipo de cirugía plástica es permanente, aunque la forma y el tamaño de las mamas podrá variar debido a factores como el envejecimiento, la pérdida de peso, etc.
Los principales beneficios de una reducción de mamas
- Se reduce la carga física y, por lo tanto, los dolores de espalda causados por pechos grandes
- Se recupera la simetría de los pechos
- Se mejora el estado emocional y la autoestima
- Se consiguen unos pechos firmes
- Las cicatrices de estas intervenciones son imperceptibles
- Los resultados se aprecian de manera inmediata y mejoran progresivamente
Dr. Isidre Martí
Responsable clínica estètica Atlàntida