Los tratamientos de belleza y bienestar son habitualmente seguros y muy tolerados por la mayoría de las personas, y suelen ofrecer resultados satisfactorios sin grandes incomodidades. Sin embargo, como en cualquier procedimiento estético, es importante tener en cuenta que los efectos secundarios pueden variar según la sensibilidad de cada individuo a los diferentes métodos o componentes utilizados.
En general, los efectos adversos suelen ser mínimos, como leves enrojecimientos, inflamación o sensibilidad en la zona tratada. Estos síntomas desaparecen normalmente al cabo de pocas horas o en el caso de micropigmentación, a los pocos días. Aun así, en casos excepcionales, algunas personas pueden experimentar reacciones más marcadas. Por eso, es fundamental realizar una consulta previa con profesionales cualificados, donde se tenga en cuenta el historial médico y se pueda personalizar el tratamiento de acuerdo con las necesidades y características de cada persona. Así, se consigue garantizar una experiencia segura y satisfactoria.