Ya sea por desconocimiento o por comodidad, algunos hombres empiezan a cuidarse la piel utilizando los mismos productos que una amiga, madre o hermana. Esta práctica no es del todo aconsejable, ya que la piel femenina y la masculina, aunque son muy similares, presentan ciertas diferencias que obligan a que su cuidado sea específico y distinto en cada caso.
La piel facial y corporal de hombres y mujeres tiene una composición diferente, a lo que se suman prácticas distintas, como, por ejemplo, el afeitado diario y constante al que ellos se someten, y que afecta a la piel, haciéndola más sensible.
Principales diferencias
Es importante entender las diferencias básicas entre la piel de unos y otras para asegurar su correcto cuidado.
Espesor. Los hombres tienen la piel un 25% más gruesa que las mujeres, debido a sus niveles de testosterona. También poseen una mayor cantidad de colágeno. En el varón esta proteína (cuya función es mantener unidas las diferentes estructuras del organismo) se reduce a una velocidad constante. En cambio, en la mujer disminuye a un ritmo más rápido, aunque empieza a hacerlo más tardíamente, a partir de la menopausia.
Piel grasa. Los hombres tienen más glándulas sebáceas activas (encargadas de segregar sebo) que las mujeres. Por eso producen el doble de sebo que las mujeres, y de ahí que su piel sea más grasa y brillante. El mayor nivel de grasa en el varón responde también a una herencia evolutiva del vello facial. Por otro lado, cabe mencionar que el pH masculino es inferior al femenino, motivo por el que su piel es más propensa a las impurezas. La edad también influye en el estado de la piel, ya que el hombre adulto tiende a presentar la piel más seca que la mujer adulta.
Poros. Nuestra piel tiene millones de poros, que son pequeños orificios por donde se libera el sudor y las sustancias grasas. Los varones tienen una mayor cantidad (y tamaño) de poros y, por ese motivo, los problemas de mal aspecto de la piel también les son más frecuentes.
Presencia de celulitis. La aparición de la celulitis (una infección bacteriana muy común en la piel) es más frecuente entre las mujeres. De hecho, se estima que alrededor del 90% presentan este problema cutáneo. No es el caso de los hombres, cuya estructura del tejido subcutáneo es muy diferente. En los varones, el tejido conjuntivo es más fuerte y no hay tanta acumulación de grasas.
Envejecimiento. Hombres y mujeres pierden el 1% de su colágeno a partir de los veinte años. No obstante, los hombres adultos aparentan un promedio de diez años menos que las mujeres, algo que ya no ocurre en la vejez, debido al impacto del envejecimiento en su piel. En ellos, los signos del envejecimiento empiezan a aparecer más tarde que en ellas, pero cuando lo hacen su avance es más rápido. Las arrugas también se hacen visibles más tarde, pero lo hacen de una forma mucho más pronunciada que en las mujeres. Por último, en el hombre son más evidentes la flacidez de la piel, las ojeras y las bolsas oscuras.
Afeitado. El afeitado elimina las células muertas de la epidermis, encargadas de proteger las células inmaduras de los efectos nocivos del sol. A consecuencia del afeitado, la piel se vuelve más sensible y reacciona más rápidamente. Hasta el 40% de los hombres sufre problemas cutáneos relacionados con el afeitado. Los más jóvenes, sobre todo los que tienen acné o dermatitis atópica, y los de piel más clara son los más propensos a sufrir esta situación. Por otro lado, una cuchilla de afeitar desafilada, o lubricaciones insuficientes durante el rasurado, pueden dar lugar a erosiones y cortes.
Aspectos en común
Existen una serie de rutinas en el cuidado de la piel recomendables tanto para hombres como para mujeres.
Además de una buena pauta de limpieza e hidratación, es importante beber agua, vigilar que la temperatura de la ducha o el baño no esté muy caliente y usar jabones, geles y cremas respetuosas con las características de cada piel.
No hay que olvidar que los rayos solares son dañinos durante todo el año, por lo que es preciso aplicar protección solar antes de realizar actividades al aire libre. Ante cualquier duda, acude al dermatólogo para que te asesore sobre qué tratamientos y productos para el cuidado de tu piel son los más adecuados.
Dra. Claudia Pueyo Directora médica adjunta
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