Una de las preguntas recurrentes en las consultas estéticas es si los implantes mamarios duran toda la vida. Los cirujanos plásticos recuerdan que si no se rompe la prótesis ni se da una contractura capsular, no hay necesidad de cambiarla. Eso sí, las revisiones periódicas son indispensables.
Las prótesis mamarias sirven para aumentar las mamas o para reconstruirlas en pacientes que las hayan perdido debido a intervenciones quirúrgicas. Estos implantes se eligen en función de las medidas de la mama y del tórax y del volumen que quiere conseguir la paciente.
Gracias a los avances médicos y tecnológicos, hoy día, las prótesis garantizan resultados muy naturales en cuanto a forma y tacto, y permiten corregir mejor las asimetrías en el cuerpo de la mujer. Algunas marcas de implantes incluso ofrecen una garantía sin fecha límite. Es decir, no es que las prótesis vayan a durar toda la vida, pero sí que, si fuera necesario cambiarlas, la empresa se compromete a hacerlo.
Hay que recordar que, con el paso de los años, el cuerpo de la persona sufre cambios que repercuten directamente sobre las prótesis. Por ejemplo, si la paciente aumenta considerablemente de peso, es posible que el volumen del implante no sea ya el más adecuado.
El grado de desgaste y el tiempo que pase hasta tener que cambiar una prótesis mamaria depende de varios factores, como la calidad del implante, el peso, el tipo de vida de la paciente y sus características fisiológicas. Aunque años atrás se le otorgaban unos 10 o 20 años de vida a los implantes, hoy los avances han cambiado la situación.
Por norma general, si el implante no está roto, ni hay contractura capsular ni el pecho está caído, no es necesario cambiarlo. Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, si una prótesis no ha dado ningún problema, no hay necesidad de realizar un recambio preventivo.
Eso sí, se tendrá que realizar una consulta con el cirujano cuando una persona a la que se le han implantado prótesis mamarias note signos como:
Si la prótesis se rompe, la paciente debe reemplazarla. En ocasiones, este tipo de roturas no presenta ningún síntoma, por lo que la mujer no nota nada diferente. Por eso son tan importantes las revisiones periódicas de los senos y la seguridad de los implantes.
Las personas con prótesis mamarias deberían hacerse una revisión senológica con ecografía cada año o máximo cada dos años. Es aquí cuando se pueden detectar posibles roturas, gracias a métodos como la ecografía mamaria, la mamografía y la resonancia magnética.
El recambio de prótesis es una intervención menos compleja que la primera vez que se implantan las prótesis. En este caso, la cirugía es ambulatoria y se realiza con anestesia local. El cirujano plástico realiza una incisión justo por donde se había hecho la primera intervención, extrae el implante y lo cambia por uno nuevo.
Si existiera una contractura capsular –una capa gruesa que oprime el implante– hay que operar como si fuera la primera vez. Ya no se trata de un recambio de prótesis común y es una operación más compleja, que se hace con anestesia general. Con las prótesis mamarias modernas se han reducido notablemente los casos de contractura capsular.
También puede darse lo que se llama una doble cápsula. Es decir, cuando se forman dos cápsulas alrededor del implante, una adherida al tejido y otra a la superficie de la prótesis.
Las prótesis mamarias pueden ser redondas o anatómicas, según su forma, o bien lisas o texturizadas, según la textura de su envoltura. Actualmente, las prótesis mamarias microtexturizadas y lisas ofrecen un gran equilibrio entre la capacidad de fijación y el posible riesgo de fricción.
La elección de la prótesis mamaria es hoy más laboriosa que hace diez años, ya que hay más tipos de implantes para elegir. Además, los especialistas tienen mayor capacidad de obtener el resultado que más se ajuste al deseo de la paciente. Gracias a los avances en implantes, los resultados que ofrecen son cada vez más naturales y con menos riesgos de complicaciones.
Dr. Isidre Martí
Clínica estètica Grup Atlàntida