La mamoplastia de reducción consiste en disminuir el volumen de tejido mamario de manera muy similar al que sucede en una mastectomía, pero conservando un volumen central que es el que sustenta el complejo areola-pezón.
Existen muchos procedimientos para llevar a cabo esta cirugía plástica de reducción de pechos, pero, en síntesis, todos persiguen lo mismo: elevar la areola y el pezón y reducir el tamaño de la mama. Así, se consigue un volumen, forma y turgencia lo más perfectas posible con unas cicatrices residuales disimuladas.
Una mujer puede querer disminuir el tamaño de sus pechos por varias cuestiones. Unas pueden ser estéticas y otras más relativas a la salud, como paliar dolores o desviaciones de la espalda. Con esta intervención quirúrgica, la persona reducirá la carga física y experimentará una mejora en el estado emocional y su autoestima.
Para las mamoplastias de reducción, sí que es necesario un preoperatorio. Como en todas las intervenciones quirúrgicas, estos exámenes previos sirven para detectar cualquier anomalía que contraindicara, en este caso, una reducción de pechos.
Se requerirán pruebas sencillas para mayor seguridad: una analítica general con pruebas de coagulación, electrocardiograma, y Rx tórax. Además, es importante que el cirujano plástico conozca toda la medicación que toma su paciente, por si alguna fuera contraproducente.
La paciente, por su parte, tiene que dejar de fumar al menos dos semanas antes y dos semanas después de la intervención, puesto que el tabaco puede afectar de manera muy negativa la cicatrización de la herida.
Lo más habitual es que, después de la operación, aparezca una discreta inflamación en la zona de la intervención, que desaparece con el paso de los días. Las mamas, probablemente, están más sensibles y suelen doler.
La paciente podrá tener movilidad normal a partir del día posterior al proceso, pero no tendrá que realizar determinados esfuerzos o gestos hasta que pasen unos días. Lo que sí que queda restringido es todo tipo de esfuerzo que repercuta directamente en el pecho, como cargar maletas o coger un niño en brazos. Se tendrá que limitar la actividad física de intensidad de dos a cuatro semanas, mientras se recuperan las mamas.
Todos los tratamientos e intervenciones son absolutamente personalizados, los datos que damos sobre tiempos de la intervención y recuperación son aproximadas, puesto que cada persona presenta diferentes respuestas en la cicatrización.