Los nutricosméticos son complementos alimenticios que contribuyen a embellecer nuestra piel, pelo y uñas, aportando sustancias como antioxidantes, minerales y vitaminas a nuestro organismo.
La alimentación es uno de los factores más importantes de nuestra existencia. De ella depende nuestra salud y también nuestro aspecto. Y es que para sentirnos bien y vernos mejor es fundamental seguir una dieta equilibrada y sin excesos. Cuidando nuestro interior embellecemos nuestro exterior. Tanto es así que, si alteramos nuestra dieta e incorporamos en ella demasiadas grasas, azúcares o carbohidratos, o si nuestra alimentación carece de algún tipo de vitamina o nutriente, enseguida vemos sus consecuencias en nuestro cuerpo: aumentamos de peso, aparecen imperfecciones en la piel, el pelo pierde su brillo, las uñas se vuelven quebradizas, etc.
Para evitar que nuestro exterior se resienta de una mala alimentación, y para aportar a nuestro organismo las sustancias -minerales, antioxidantes, vitaminas…- que necesita para que nuestra piel o pelo presenten su máximo esplendor, se puede combinar una dieta sana con lo último en belleza: los nutricosméticos.
Complementan, no sustituyen
Los nutricosméticos son productos que no necesitan prescripción médica y que pueden ser adquiridos en farmacias, herbolarios e incluso en el supermercado. De todas formas, lo ideal, antes de consumirlos, es consultar con el médico si ese producto en cuestión puede tener o no efectos indeseados. Además, es muy importante seguir las indicaciones del laboratorio fabricante y, si es necesario, pedir consejo también al farmacéutico o a un experto en nutrición.
Se trata de pastillas, cápsulas, ampollas, infusiones o jarabes que actúan desde el interior y que, usados correctamente, tienen unos resultados beneficiosos para nuestro aspecto, pero para que estos productos sean efectivos es imprescindible que sean consumidos como complemento de una dieta equilibrada, de manera controlada, y que jamás se empleen como sustitutos de alimentos.
Los activos más empleados
El colágeno, el ácido hialurónico y los antioxidantes como la vitamina C son los activos que más se usan en nutricosmética. Te comentamos sus múltiples beneficios para nuestro cuerpo.
- El colágeno. Asegurando un aporte adecuado de colágeno mediante la dieta y nutricosméticos que lo contienen, se consigue equilibrar la pérdida natural de esta proteína, sobre todo a partir de los cuarenta años. Este activo ayuda al mantenimiento natural de la firmeza de la piel, fortalece uñas y cabello, tonifica las articulaciones y contribuye a mejorar los síntomas de la osteoporosis.
- El ácido hialurónico. Es un componente muy empleado por sus estupendos resultados. Contribuye a la hidratación profunda de la piel y le aporta firmeza. Es ideal para pieles secas y deshidratadas, o con signos de envejecimiento.
- Los antioxidantes. Resultan fundamentales para una mejor salud y para conseguir un aspecto mucho más jovial, pues ralentizan los signos del envejecimiento. Son activos que luchan contra los radicales libres, causantes del envejecimiento prematuro de las células.
- Ácidos grasos. El omega 3, 6 y 9 son especialmente interesantes como complemento de nutrición para cuidar nuestro aspecto. Por ejemplo, su presencia es muy importante en situaciones de estrés para la piel, como la exposición al sol, pues favorecen su firmeza, elasticidad e hidratación. Esto se debe a que estos componentes son usados por el organismo como fuente de energía, y además, forman parte imprescindible de la estructura de tejidos y de las membranas celulares.
- Otros activos que también son usados frecuentemente en nutricosmética para cuidar la piel, el cabello y las uñas son minerales como el zinc y otros componentes como la biotina (vitamina B7 o H), la niacina (vitamina B3) o la riboflavina (vitamina B2).
Los nutricosméticos más utilizados
- Para la piel. Los nutricosméticos con más tirada son los que contribuyen a mejorar el aspecto de la piel y, entre ellos, los que actúan contra el envejecimiento celular. La mayoría de estos productos son capaces de reducir arrugas, borrar manchas causadas por el sol y eliminar las ojeras y las bolsas. El poder de estos productos recae en las diferentes sustancias que aportan al organismo, entre las cuales se encuentran los famosos antioxidantes, que luchan contra los radicales libres y ayudan a la renovación epidérmica.
En función del nutricosmético que elijamos, podremos hidratar, nutrir, tonificar, aumentar la elasticidad o potenciar el bronceado de la piel. Puesto que se trata de un complemento, podemos combinar la ingesta de nutricosméticos con todo tipo de cremas, lociones u otros productos de belleza.
- Para el cabello. Los nutricosméticos para el cabello refuerzan la estructura capilar, reduciendo la caída y evitando que el pelo se rompa. Gracias a las sustancias que aportan estos productos -básicamente zinc, hierro, calcio y determinadas vitaminas-, también se consigue aumentar el brillo y resistencia del cabello.
- Celulitis y control del peso. Una amplia gama de nutricosméticos está destinada a hacer frente a la piel de naranja y a los kilos de más. Son productos que facilitan la digestión, favorecen el metabolismo de las grasas y aumentan la sensación de saciedad, algo que, combinado con una dieta equilibrada, permite controlar el peso y reducir la tendencia a engordar. Estos nutricosméticos suelen recurrir a plantas como el té verde (diurético, estimulante y adelgazante), el glucomanano (sacia el estómago y disminuye la sensación de hambre) o la alcachofa (diurética y desintoxicante).
La importancia del etiquetado
La normativa actual establece que, en las etiquetas de los complementos alimenticios, debe aparecer la denominación de las categorías de nutrientes que caracterizan dicho nutricosmético, la dosis diaria recomendada (y la advertencia de no superarla) y la afirmación expresa de que este tipo de productos no debe utilizarse como sustituto de una dieta sana y equilibrada.