Actualmente, la amplia gama de productos destinados al cuidado capilar permite que, en pocos minutos y sin salir de casa, consigamos un cabello espectacular o un impactante cambio de look. Solo es necesario saber qué tipo de productos debemos adquirir y qué pasos hay que seguir para obtener los mejores resultados. Te contamos cómo lucir un pelo sano y cuidado llevando a cabo gestos básicos y sencillos, al alcance de todos.
- Aplicar color
Teñir el pelo, hacer mechas o dar un baño de coloral cabello nunca había sido tan fácil. Los tintes de última generación adoptan forma de champú, se pueden aplicar con un sencillo masaje y actúan en pocos minutos, sin necesidad de permanecer con el producto en el cabello durante horas. Asimismo, muchas de las fórmulas actuales se elaboran con sustancias hipoalergénicas y permiten que las personas con el cuero cabelludo sensible puedan disfrutar de la coloración en casa sin el riesgo de presentar reacciones alérgicas.
Puesto que la oferta de tintes es muy extensa, lo idóneo es elegir el producto que más nos convenga, teniendo en cuenta el tono de nuestra piel, el efecto deseado (brillo, reflejos, mechas, duración, etc.) y la forma de aplicación.
- Un lavado adecuado
Si nuestro cambio de look no implica la aplicación de un tinte o un baño de color, el lavado del cabello suele ser siempre el punto de partida para conseguir un aspecto radiante.
- Es muy importante elegir productos de calidad para la higiene del pelo y del cuero cabelludo que, además de eficacia, garanticen la seguridad. Y es que, si padecemos alguna afección capilar –como dermatitis seborreica, alopecia, sequedad o caspa–, utilizar un champú o un acondicionador inadecuados puede agravar nuestro problema. En esos casos, lo aconsejable es preguntar al dermatólogo qué productos son los más indicados y con qué frecuencia los debemos utilizar.
- Un buen lavado consistirá en la aplicación de agua templada y dos enjabonados (en ambos, realizaremos un suave masaje en el cuero cabelludo y dejaremos actuar el champú durante un par de minutos). Posteriormente, deberemos asegurarnos de retirar todo el champú, y, para secar el cabello, emplearemos una toalla suave, que empape la humedad.
- En cuanto a la periodicidad, los expertos desaconsejan lavar el pelo a diario. Explican que lo idóneo es hacerlo solamente cuando está realmente sucio. De lo contrario, las personas con el pelo graso pueden notar cómo incrementa la producción de sebo (y su pelo puede volverse más aceitoso y difícil de peinar), y las que presentan el pelo seco pueden sentir que su cabello se vuelve más quebradizo y el cuero cabelludo más tirante. Por norma general (y siempre en función de las necesidades de cada persona), lo idóneo es lavar el cabello cada dos o tres días.
- Secado: ¿al aire o al secador?
Aunque lo mejor es dejar que el cabello se seque al aire, de forma natural, en algunas ocasiones es imprescindible el uso de secadores (cuando tenemos prisa, si hace frío o si queremos dar una forma concreta a nuestro peinado). En esos casos –aunque mantengamos el secador a una distancia prudencial– es muy importante proteger el pelo de las altas temperaturas. Para ello aplicaremos un producto protector del calor, que también podremos utilizar cuando usemos las tenacillas o las planchas alisadoras.
Antes de aplicarlo, retiraremos el exceso de humedad con una toalla y desenredaremos el cabello, mechón a mechón, con un peine.
- ¿Peine o cepillo?
Cada tipo de pelo requiere el uso de una herramienta distinta. Generalmente, el cabello rizado u ondulado, para mantener su elasticidad y forma, debe peinarse con un peine de púas anchas, separadas y largas. El pelo fino y liso, en cambio, puede cepillarse sin dificultad. En cualquier caso, el peinado debe ser suave, y debe empezar en las raíces (sin ejercer demasiada presión sobre el cuero cabelludo) y acabar en las puntas. Si hay algún enredo, lo aconsejable es separar el pelo en diferentes mechones y, poco a poco, peinar cada uno de ellos, sin dar tirones que puedan romper el cabello.
No lo olvides…
- Apuesta por la higiene. En muchas ocasiones, para lucir una cabellera radiante solo es necesario lavar bien el pelo y dejarlo secar de forma natural. Utilizar productos como gominas, lacas o fijadores para disimular un pelo sucio puede deteriorar notablemente nuestra imagen.
- Nutrición e hidratación. Los cuidados externos del cuero cabelludo son muy importantes para conseguir un buen aspecto, pero también lo son los cuidados internos. Para que nuestro pelo esté sano, brillante y resistente resulta imprescindible seguir una dieta equilibrada (rica en vitaminas y minerales, presentes en los alimentos naturales) e hidratar correctamente el organismo (beber, como mínimo, unos dos litros de líquido, como agua, zumos o infusiones, al día).
Además, es esencial proteger el cabello de las agresiones externas, como los rayos solares, el viento, la humedad o las altas temperaturas. Algunos productos específicos ayudarán a mantener la estructura del cabello en buenas condiciones. Tu dermatólogo te aconsejará cuáles son los más indicados para tu cabello.