Siempre se ha dicho que, si hay algo que nos define, que refleja cómo nos sentimos y que pocas veces engaña, es nuestra mirada. Los ojos pueden expresar si estamos alegres, tristes, preocupados… Pero, a veces, la expresión que les acompaña no casa con lo que ellos transmiten o con cómo nos sentimos realmente. Podemos sentirnos contentos, enérgicos, joviales… pero expresar lo contrario: agotamiento, tristeza o enfado. Y es que el resto del rostro –las cejas, los párpados, los pómulos, la frente, las comisuras de los labios…– tiene un papel fundamental en nuestra expresión, y puede verse afectado por el envejecimiento o por factores ambientales o hereditarios.
De hecho, este es uno de los motivos principales por los que cada vez más personas optan por tratamientos estéticos que les devuelvan una expresión saludable, revitalizada. No se trata únicamente de quitarse años de encima, sino de estar a gusto con lo que nuestra cara expresa. Y un exceso de arrugas, ya sean las conocidas como líneas de expresión o las “patas de gallo”, unos párpados hinchados o unas ojeras extremadamente marcadas pueden ensombrecer nuestro rostro.
Además, actualmente, con la pandemia y la obligatoriedad de usar mascarillas, la mirada ha adquirido mayor importancia que nunca. De hecho, según la Sociedad Catalana de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, el número de blefaroplastias o cirugías de párpados y ojeras ha aumentado considerablemente en los últimos meses.
No solo se trata de rejuvenecer
Al hablar de tratamientos estéticos faciales solemos pensar en aquellos que buscan rejuvenecer el rostro, principalmente en los que tienen como objetivo mitigar los signos del envejecimiento como las arrugas de expresión (que suelen ser predominantes a partir de los 50-60 años en el tercio superior de la cara). Hoy en día existen muchas opcionespara revertirlas y hacernos sentir mejor, más vitales y con un rostro más atractivo y jovial. La mesoterapia, el microneedling y el peeling facial, con la aplicación de productos como el ácido hialurónico o el bótox, son algunos de ellos.
Pero lo cierto es que cada vez son más los adultos jóvenes los que deciden someterse a procesos estéticos para acabar con todo aquello que les acompleja y que, en muchas ocasiones, les llega a causar verdaderos problemas de autoestima.
¿Qué tratamientos son los más habituales?
- La mesoterapia facial es una técnica con más de 60 años de historia que consigue unos resultados ampliamente probados. Se basa en un sistema de microinyecciones en la epidermis que ayudan a mejorar la calidad de la piel, aportándole hidratación y firmeza, así como previniendo los signos iniciales de envejecimiento. Las inyecciones se realizan con productos como vitaminas, polinucleótidos o ácido hialurónico, en función de las necesidades del paciente.
La mesoterapia es una opción viable para prácticamente cualquier persona que quiera rejuvenecer su rostro o aportarle vitalidad. No requiere ninguna preparación específica, solo es aconsejable una visita previa con un especialista en medicina estética para que nos oriente sobre qué tipo de tratamiento es el más adecuado para nuestro cutis y qué número de sesiones deberíamos realizar para obtener un resultado satisfactorio.
- El microneedling es otra terapia que puede mejorar nuestra expresión facial. Está considerada como una mesoterapia de superficie, ya que consiste en la estimulación de la epidermis superficial con microagujas, abriendo los canales para mejorar la absorción y penetración del producto con el cual se realiza el tratamiento (vitaminas, ácido hialurónico, DMAE, etc.).
Sirve para mejorar la hidratación de la piel, reafirmarla y ayudar a reducir manchas causadas por el acné, disminuir los poros y dar luminosidad a la piel.
- Por otro lado, también existe el tratamiento con policaprolactona (estimulador de colágeno), indicado para la corrección de arrugas y el aumento de volumen en las zonas tratadas, como puede ser la comisura oral, los pliegues del mentón, las cejas, el lagrimal o la nariz; o el de peeling facial, que se basa en la exfoliación de las capas superficiales de la piel mediante la aplicación de diferentes ácidos.
El producto estrella
Más allá de los rellenos faciales con ácido hialurónico, el bótox es uno de los productos más demandados en las clínicas estéticas de nuestro país. Es conocido con este nombre por ser la primera marca que utilizó este medicamento de forma comercial. En la práctica, lo que consigue el bótox es evitar que el músculo se contraiga, es decir, lo paraliza. Por ello, es un producto muy utilizado en tratamientos estéticos, pero también para fines médicos, para tratar afecciones como migrañas, hiperhidrosis (sudoración excesiva) o pérdidas de orina.
Su tratamiento estético consiste en realizar pequeñas inyecciones en diferentes músculos faciales. Esta toxina contiene propiedades que relajan el músculo y, con su aplicación de manera planificada y controlada, se consigue atenuar las arrugas de expresión. Sus efectos, estos son visibles entre tres y cinco días después, duran aproximadamente entre cuatro y seis meses tras su aplicación.
¿Es el bótox mi mejor opción?
Ponerse en manos de buenos especialistas es crucial para saber exactamente qué partes del rostro se pueden someter a un tratamiento con bótox y cuáles no, y para conseguir los resultados que realmente se esperan. Esto es de vital importancia, ya que se debe administrar en dosis muy exactas en puntos muy concretos. La tarea del especialista, además, es esencial para conseguir un resultado lo más natural posible.
Como explica la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), la toxina no está recomendada para todos los músculos de la cara, pues según afirman, “lo conveniente es usarla solo en la mitad superior del rostro”, como la frente, el entrecejo y el contorno de los ojos. Por lo tanto, las zonas más recomendables para aplicar bótox son las siguientes:
- La zona de la frente, donde se suelen formar arrugas de expresión muy marcadas y que envejecen mucho la expresión.
- La zona periorbital, al lado de los ojos, donde se forman las conocidas “patas de gallo”.
- Y, por último, la zona del entrecejo, pues, a causa de los movimientos musculares, es donde suelen marcarse más las arrugas.
El bótox, en contra de la creencia popular, está desaconsejado para dar volumen a los labios. Las mejores alternativas para esa zona son los tratamientos de relleno con sustancias como el ácido hialurónico, una proteína que forma fibras y que se encuentra en muchos colágenos y sérums faciales.
Beneficios del bótox
El bótox se lleva utilizando más de 20 años y sus efectos siguen siendo casi imbatibles. Su aplicación para el tratamiento de las arrugas de expresión es una técnica médica totalmente consolidada. Prueba de ello es que el año pasado en nuestro país se alcanzaron más de 800.000 tratamientos. ¿Por qué ha tenido tanto éxito? Según el SEME (la Sociedad Española de Medicina Estética) podemos extraer las siguientes conclusiones:
- El tratamiento es rápido. Se puede realizar en apenas tres minutos, aunque el efecto es progresivo. Normalmente los resultados definitivos se pueden ver en pocos días. Es importante acudir a revisión en el mismo centro médico, y por el mismo profesional, cuando este lo indique, normalmente entre los 10 y los 15 días posteriores a la aplicación del tratamiento.
- El efecto es duradero. Con un par de tratamientos al año es posible disfrutar constantemente de sus excelentes resultados, con los que, por otro lado, ningún cosmético puede competir.
- Otro de los beneficios más destacables es que el postoperatorio es muy fácil, y para nada tedioso. La aplicación de bótox apenas requiere un cuidado por parte del paciente, que volverá enseguida a su rutina normal.
- Con lo único que debe tener precaución el paciente es con la exposición solar, al lavarse la cara y con la utilización de cremas. Pero estos cuidados tan solo son necesarios el mismo día del tratamiento.
Un elixir también para hombres Los tratamientos estéticos tienen cada vez más público masculino. Según la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética, el bótox fue el principal procedimiento no quirúrgico para los hombres en 2019: más de 160.000 recibieron inyecciones de bótox. Y es que cada día son más los hombres que se preocupan por su aspecto, conscientes de la importancia y el poder de la imagen personal.