Aunque la mayoría de personas destinan bastante tiempo –y dinero– al cuidado de su cutis facial, olvidan dedicar al cuello y al escote la importancia que merecen. Son relativamente pocas las personas que hidratan la piel del cuello y, menos aún, las que se preocupan por la del escote. Sin embargo, basta con seguir una rutina efectiva (basada en una limpieza e hidratación correctas) para obtener resultados visibles en pocas semanas.
Partes expuestas a agentes externos
A pesar de ser conscientes de las agresiones que sufre nuestra piel de la cara, como la contaminación, las inclemencias meteorológicas, el estrés o los rayos solares, no pensamos que el cuello y el escote también reciben la acción nociva de estos agentes externos. Es más, les privamos de los cuidados cosméticos que sí ofrecemos a la piel de la cara. Todo ello, contribuye a que el aspecto de esta zona del escote se vaya deteriorando y muestre claros síntomas de deshidratación, descamación o flacidez, especialmente con el paso de los años.
Para corregir estos signos, lo ideal es seguir unos consejos:
Limpieza: Los tónicos y leches faciales permiten eliminar la suciedad de la epidermis de manera profunda y aséptica, y complementan la higiene que ofrece una ducha o baño. Los solemos aplicar en la cara, pero también se pueden usar en el cuello y el escote.
Exfoliación: Los productos exfoliantes ayudan a estimular la regeneración celular y retiran las células muertas de la piel. Si nos acostumbramos a emplear estos productos con frecuencia, evitaremos que la piel del escote se vuelva grisácea y opaca a causa de la queratinización de las células muertas (no debemos olvidar que es una zona rica en glándulas sebáceas).
Hidratar y nutrir: Como parte de la rutina diaria, hidratar la piel debe ser una prioridad. Solo así recuperaremos su equilibrio hidrolipídico y reduciremos signos visibles como descamación, arrugas o pérdida de luminosidad y tersura.
Ideas para disimular imperfecciones
Lo ideal es cuidar a diario la piel de estas zonas para evitar que aparezcan imperfecciones, pero si es demasiado tarde, se pueden disimular así:
Rojeces y manchas: Pueden pasar desapercibidas si aplicamos una crema hidratante que contenga color o difuminando un poco de polvo corrector de maquillaje.
Pecas y cicatrices: Aunque son una seña de identidad, algunas personas reniegan de ellas. Para disimularlas basta con utilizar una crema coloreada.
Granos y espinillas: Manipularlos o aplicar alcohol u otras substancias para intentar que desaparezcan es un grave error. Solo conseguiremos dejar la zona enrojecida, incluso inflamada, y que al día siguiente presenten el doble de su tamaño. Camuflarlos sí es posible: solo hay que cubrirlos con corrector de maquillaje libre de grasas, como lo haríamos si estuvieran en la cara.
Escamas: Surgen por la falta de hidratación. Limpiaremos la zona con leche o tónico y aplicaremos crema hidratante.
Arrugas: Disimularlas es más complicado, pero podemos evitar que se noten demasiado empleando productos hidratantes ligeros, que no ejerzan un efecto de máscara sobre la piel.
6 consejos para cuidar el escote y el cuello
Postura: Intenta mantener la cabeza erguida para evitar la flacidez muscular que potencia la aparición de papada, Asimismo, intenta no dormir boca abajo. Puedes realizar actividades que requieran trabajar los músculos de los brazos, cuello y busto (todas ellas afectan al escote). Un buen ejercicio es echar los hombros hacia atrás, elevando el pecho y sonriendo exageradamente al mismo tiempo.
Ducha: Una vez a la semana utiliza un exfoliante. Y, antes de salir de la ducha, rocía el escote con agua fría para reactivar la circulación.
Masajes: Favorecen la circulación sanguínea, fortalecen los tejidos y activan las funciones celulares. Se puede aprovechar la aplicación de la crema hidratante para masajear suavemente la zona del cuello y del escote.
Protector solar: No debes aplicarlo únicamente en el área de la cara, sino en todas las partes expuestas al sol. Esto incluye la piel del cuello o el escote, ya que no podemos olvidar que la exposición al sol acelera el envejecimiento prematuro.
Buena alimentación: Mantener una dieta sana y equilibrada, sobre todo incluyendo ingredientes ricos en omega 3, hará que tu cuerpo aumente la producción de colágeno de manera natural. De esta forma, favoreceremos la regeneración y elasticidad de los tejidos.
Consultar al dermatólogo: Cuando no estamos seguros de cómo cuidar estas zonas, podemos pedir cita con el médico. Él nos aconsejará los mejores cuidados para estas zonas y nos indicará qué tratamientos pueden ayudarnos a mejorar su aspecto.
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