Se trata de una técnica estética mediante la cual se implantan pigmentos naturales en la piel para embellecer o resaltar rasgos faciales o corregir otros. Sirve, por ejemplo, para mejorar el aspecto de las cejas poco pobladas, para rejuvenecer la mirada o para dotar de mayor volumen a los labios.
Generalmente, son tratamientos indolores y que no suelen ocasionar reacciones ni molestias de ningún tipo.
Las zonas más habituales donde se realiza micropigmentación para resaltar la belleza de las personas son la zona del ojo, las cejas y los labios.
La micropigmentación en los labios consigue una imagen más arriesgada y juvenil. Se utiliza un pigmento especial que, conjuntamente con un fluido, da a los labios una mayor densidad. El resultado es un efecto de color mucho más natural que un pintalabios y dura todo el día. La micropigmentación en los labios permite lucir unos labios atractivos y más sensuales.
Por su parte, el tratamiento de micropigmentación de cejas no es nada agresivo ni doloroso. Se hace dibujando con pigmentos naturales pelo a pelo, para conseguir un resultado totalmente natural y rejuvenecedor. El especialista trabaja con el pigmento más parecido al color natural del cabello del paciente.
Y, en los ojos, la micropigmentación dibuja un eyeliner más permanente que el convencional. Con el eyeliner, en una sola sesión, se rejuvenece la mirada y la expresión del paciente, mientras que también se consigue dar mayor volumen a las pestañas. Se puede realizar la línea semipermanente tanto arriba como abajo. El especialista estudiará la morfología del ojo de cada persona para ver qué trazado y estilo se ajusta más al gusto y rostro del paciente. Este eyeliner semipermanente debe repasarse, aproximadamente, cada dos años para mantener los resultados.
Las sesiones se recomiendan en función de las necesidades de cada persona.
Todos estos tratamientos son seguros y poco invasivos. Estos tipos de micropigmentación, encarados a reforzar la belleza de los pacientes, ofrecen resultados inmediatos y duraderos.
Eso sí, los resultados no son permanentes, por tanto, será conveniente hacerse retoques cada año o más, dependiendo de la zona, la piel y el paciente en cuestión.
Efectos secundarios: Toda la información en el siguiente enlace.